Complejos por el vello corporal

La semana pasada hablábamos de que pasaría si Y si no nos depiláramos y las repercusiones en nuestra vida social.

La aprobación social nos interesa por que no nos gusta sentirnos diferentes, no nos gusta que nos señalen con el dedo por tener algún rasgo característico mal considerado. El exceso de vello es una de las razones que más complejos provoca, por la estética, las implicaciones higiénicas, etc…

Tener mucho vello no es algo que se pueda elegir, la genética y las hormonas son las responsables de que unos seamos verdaderos ositos, y otros no sepan lo que es un pelo en el cuerpo. Ambas son razones para sentirse acomplejado, pero no por que sea malo tener o no tener vello, si no por que en el fondo todos deseamos lo que no tenemos. El que tiene vello quiere una piel lisa, y el que no lo tiene, está cansado de ser el imberbe que parece siempre un pre-adolescente.

¿Cuando empezamos a preocuparnos por el vello corporal?

Generalmente empiezan a notar consecuencias antes las personas que tienen mucho vello, ya que supone un motivo de comentarios por parte de los compañeros del colegio principalmente.

La pubertad suele ser el momento en el que principalmente las chicas, de las que se esperan unas piernas lisas y totalmente libres de vello, empiezan a no sentirse a gusto con esos pelillos de los que hasta ahora no sabían ni de su existencia. Pero están en el momento en que la belleza cobra una importancia suprema, y la imagen y la estética se convierten en el centro de su existencia.

También los chicos que esperan ansiosos su primer pelo en la cara, se desesperan cuando todos sus amigos ya hablan de afeitarse, y ellos aún no tienen esa necesidad.

Como curiosidad os contaré el pequeño complejo que acaba de adquirir mi hijo de ¡3 años! con sus pelillos de las piernas. Ha salido a su madre la criatura, y si es verdad que es llamativo la cantidad de vello, y lo oscuro que lo tiene en piernas y espalda. Lo que nunca que habría imaginado es que fuera nada mas entrar al colegio cuando me dijera: ¡Mamá tápame las piernas que no quiero ver los pelos!
Los pequeños son curiosos por naturaleza, y si ven algo que no les es familiar, preguntan. Imagino que algún compañero le habrá preguntado porque tiene tantos pelos o algo así, y él ya se ha sentido cohibido.

En conclusión, nos preocupamos por el vello corporal en cuanto a alguien le extraña, y nos lo hace saber, la cantidad de vello que tengamos, ya sea mucho o poco. Y así es como se crea un complejo, que es la mezcla de lo establecido por la sociedad, lo que nosotros queremos y nos gusta para nosotros mismos, y lo que es aceptado como algo normal y lo que no.